811-ESCUELA ITALIANA. SEGUNDO TERCIO DEL S. XVII

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75.000 €
Fecha de subasta: 31 de octubre de 2017, 0:00:00
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811-ESCUELA ITALIANA. SEGUNDO TERCIO DEL S. XVII
Santa Rosalía de Palermo
Óleo sobre lienzo.

En el ángulo inferior derecho número 4 de una colección no identificada. Al dorso inscripción en letra del siglo XVIII: Murillo y dos etiquetas: Santa Rosalía. Pintolo Murillo y etiqueta correspondiente a la Exposición Histórico-Europea E.H.E. Santa Rosalía Coronada. Duques de Medina de Rioseco.

Medidas: 63 x 48 cm.

Procedencia:

-Colección Duques de Uceda.
-Colección Duques de Medina de Rioseco.
-Colección Marqueses de Asprillas.
-Colección Condesa de Melgar.
-De ahí, por sucesión, a sus actuales propietarios.

Bibliografía:

-Exposición Histórico-Europea 1892 a 1893, Catálogo General, Establecimiento tipográfico de Fortanet, 1893.
-Angulo Iñíguez, Diego, Murillo. Catálogo Crítico, Espasa Calpe, Madrid, 1981, vol. II, p. 529, nº 2359.

Exposiciones:

-Exposición Histórico-Europea 1892 a 1893, Sala XXVI, nº 130.

El hermoso lienzo que aquí presentamos muestra a Santa Rosalía, noble dama palermitana que, según cuenta la tradición, era hija del duque Sinibaldo y de María Guiscarda, prima del rey normando Roger II. De noble cuna y caracterizada por poseer una extraordinaria belleza, su profunda fe cristiana le llevó a seguir el ejemplo de los anacoretas y se retiró hasta el fin de sus días a una cueva para llevar una vida de completa oración, soledad y penitencia.

La devoción a esta santa alcanzó un gran desarrollo en el siglo XVII con motivo del descubrimiento de sus reliquias en una cueva del monte Pellegrino cercano a la ciudad de Palermo en 1624. Aunque su culto había decaído durante la Edad Media, este hallazgo supuso un nuevo impulso en su veneración, especialmente en el ambiente cultural de la Contrarreforma en la que comenzó a invocarse como intercesora y protectora contra las epidemias, convirtiéndose en una de las santas con mayor popularidad del momento.

La pintura que aquí se muestra es fruto de este ambiente cultural contrarreformista, debiendo ser ejecutada por sus valores estético formales en el segundo tercio del siglo XVII. Nos muestra a Santa Rosalía con una actitud que recuerda modelos impuestos por Guido Reni (1575-1642) y su escuela: cabeza ladeada, ojos elevados al cielo y boca entreabierta mostrando una dulce expresión de arrobo místico. Porta sus atributos tradicionales: la corona de rosas alusiva a su nombre, la palma de mártir y la vara de lirios que simboliza su pureza virginal; todos ellos ejecutados con una gran maestría técnica. La belleza de la santa es mostrada por el artífice de la pintura con una gran sensibilidad, destacando unas hermosas facciones y una larga cabellera rubia.

Del encargo de la obra y de su procedencia más remota nada se sabe. La hemos podido documentar por vez primera en la testamentaría de Tirso María Tellez Girón y Fernández de Santillán (1817-1871), Duque de Uceda consorte a través de su matrimonio con Bernandina Fernández de Velasco (1815-1869). Según el inventario (Testamentaría del Duque de Uceda 4/VIII/1874 APM, 31205, fols. 4233-4241), la importante colección de los Duques estuvo formada por unas cien obras entre las que citan los nombres de algunos pintores de la escuela española (Murillo, Zurbarán, El Greco, Carreño, Castillo, etc.), de los Países Bajos (Snyders, Teniers, Berchem, etc.) y de escuela italiana (Sassoferrato, Rosa, Reni, etc.) La pintura aparece recogida en el inventario con el asiento nº 127 como una Santa Rosalía pintada por Murillo de media figura, alcanzado la tercera tasación más alta de toda la testamentería al ser tasada en dos mil quinientas pesetas. Por encima de ella únicamente figuran una tabla florentina del viudo Altoviti y un Niño de Murillo que alcanza la elevada suma de diecisiete mil quinientas pesetas. Sorprende las matizaciones alcanzadas en el inventario al hacer una clara diferenciación entre la obra de Murillo, la de algunos de sus discípulos y algunas copias del afamado pintor sevillano.

En el año 1892, ya perteneciendo a los Duques de Medina de Rioseco como consta en sendas etiquetas adheridas al dorso de la obra, estuvo expuesta en la Exposición Histórico-Europea, celebrada para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América y con la que se inauguró el nuevo Palacio de Bibliotecas y Museos (hoy Biblioteca Nacional). Allí volvió a presentarse como obra de Bartolomé Esteban Murillo, permaneciendo desde entonces oculta en diferentes colecciones partículas pues Diego Angulo, en su catálogo crítico de Murillo del año 1981, la incluye dentro de las obras desaparecidas.
Hoy, mejor conocida la producción de Murillo, consideramos más prudente prescindir de la atribución al pintor sevillano y dejar la autoría de este lienzo en el anonimato pensando en la posibilidad de que fuese una obra de procedencia italiana; algo que no sería de extrañar debido a los numerosos cargos diplomáticos desempeñados por diferentes miembros de la Casa Ducal de Uceda en distintas ciudades de Italia, como Palermo o Roma, en las que se adquirieron diferentes obras que incrementaron la colección ducal. Independientemente de su autoría, la procedencia de la pintura, su historia y su gran calidad técnica son indicativos de que estamos ante una obra realizada por un gran maestro, que con una extraordinaria habilidad técnica ha creado una pintura de impregnada de sensibilidad y dulzura, magnífico ejemplo de la piedad y religiosidad seiscientista.

Salida: 85.000,00 Euros. (14.142.810 Ptas.)

811-ESCUELA ITALIANA. SEGUNDO TERCIO DEL S. XVII
Santa Rosalía de Palermo
Óleo sobre lienzo.

En el ángulo inferior derecho número 4 de una colección no identificada. Al dorso inscripción en letra del siglo XVIII: Murillo y dos etiquetas: Santa Rosalía. Pintolo Murillo y etiqueta correspondiente a la Exposición Histórico-Europea E.H.E. Santa Rosalía Coronada. Duques de Medina de Rioseco.

Medidas: 63 x 48 cm.

Procedencia:

-Colección Duques de Uceda.
-Colección Duques de Medina de Rioseco.
-Colección Marqueses de Asprillas.
-Colección Condesa de Melgar.
-De ahí, por sucesión, a sus actuales propietarios.

Bibliografía:

-Exposición Histórico-Europea 1892 a 1893, Catálogo General, Establecimiento tipográfico de Fortanet, 1893.
-Angulo Iñíguez, Diego, Murillo. Catálogo Crítico, Espasa Calpe, Madrid, 1981, vol. II, p. 529, nº 2359.

Exposiciones:

-Exposición Histórico-Europea 1892 a 1893, Sala XXVI, nº 130.

El hermoso lienzo que aquí presentamos muestra a Santa Rosalía, noble dama palermitana que, según cuenta la tradición, era hija del duque Sinibaldo y de María Guiscarda, prima del rey normando Roger II. De noble cuna y caracterizada por poseer una extraordinaria belleza, su profunda fe cristiana le llevó a seguir el ejemplo de los anacoretas y se retiró hasta el fin de sus días a una cueva para llevar una vida de completa oración, soledad y penitencia.

La devoción a esta santa alcanzó un gran desarrollo en el siglo XVII con motivo del descubrimiento de sus reliquias en una cueva del monte Pellegrino cercano a la ciudad de Palermo en 1624. Aunque su culto había decaído durante la Edad Media, este hallazgo supuso un nuevo impulso en su veneración, especialmente en el ambiente cultural de la Contrarreforma en la que comenzó a invocarse como intercesora y protectora contra las epidemias, convirtiéndose en una de las santas con mayor popularidad del momento.

La pintura que aquí se muestra es fruto de este ambiente cultural contrarreformista, debiendo ser ejecutada por sus valores estético formales en el segundo tercio del siglo XVII. Nos muestra a Santa Rosalía con una actitud que recuerda modelos impuestos por Guido Reni (1575-1642) y su escuela: cabeza ladeada, ojos elevados al cielo y boca entreabierta mostrando una dulce expresión de arrobo místico. Porta sus atributos tradicionales: la corona de rosas alusiva a su nombre, la palma de mártir y la vara de lirios que simboliza su pureza virginal; todos ellos ejecutados con una gran maestría técnica. La belleza de la santa es mostrada por el artífice de la pintura con una gran sensibilidad, destacando unas hermosas facciones y una larga cabellera rubia.

Del encargo de la obra y de su procedencia más remota nada se sabe. La hemos podido documentar por vez primera en la testamentaría de Tirso María Tellez Girón y Fernández de Santillán (1817-1871), Duque de Uceda consorte a través de su matrimonio con Bernandina Fernández de Velasco (1815-1869). Según el inventario (Testamentaría del Duque de Uceda 4/VIII/1874 APM, 31205, fols. 4233-4241), la importante colección de los Duques estuvo formada por unas cien obras entre las que citan los nombres de algunos pintores de la escuela española (Murillo, Zurbarán, El Greco, Carreño, Castillo, etc.), de los Países Bajos (Snyders, Teniers, Berchem, etc.) y de escuela italiana (Sassoferrato, Rosa, Reni, etc.) La pintura aparece recogida en el inventario con el asiento nº 127 como una Santa Rosalía pintada por Murillo de media figura, alcanzado la tercera tasación más alta de toda la testamentería al ser tasada en dos mil quinientas pesetas. Por encima de ella únicamente figuran una tabla florentina del viudo Altoviti y un Niño de Murillo que alcanza la elevada suma de diecisiete mil quinientas pesetas. Sorprende las matizaciones alcanzadas en el inventario al hacer una clara diferenciación entre la obra de Murillo, la de algunos de sus discípulos y algunas copias del afamado pintor sevillano.

En el año 1892, ya perteneciendo a los Duques de Medina de Rioseco como consta en sendas etiquetas adheridas al dorso de la obra, estuvo expuesta en la Exposición Histórico-Europea, celebrada para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América y con la que se inauguró el nuevo Palacio de Bibliotecas y Museos (hoy Biblioteca Nacional). Allí volvió a presentarse como obra de Bartolomé Esteban Murillo, permaneciendo desde entonces oculta en diferentes colecciones partículas pues Diego Angulo, en su catálogo crítico de Murillo del año 1981, la incluye dentro de las obras desaparecidas.
Hoy, mejor conocida la producción de Murillo, consideramos más prudente prescindir de la atribución al pintor sevillano y dejar la autoría de este lienzo en el anonimato pensando en la posibilidad de que fuese una obra de procedencia italiana; algo que no sería de extrañar debido a los numerosos cargos diplomáticos desempeñados por diferentes miembros de la Casa Ducal de Uceda en distintas ciudades de Italia, como Palermo o Roma, en las que se adquirieron diferentes obras que incrementaron la colección ducal. Independientemente de su autoría, la procedencia de la pintura, su historia y su gran calidad técnica son indicativos de que estamos ante una obra realizada por un gran maestro, que con una extraordinaria habilidad técnica ha creado una pintura de impregnada de sensibilidad y dulzura, magnífico ejemplo de la piedad y religiosidad seiscientista.

Salida: 85.000,00 Euros. (14.142.810 Ptas.)

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Fecha subasta 2017-10-31 00:00:00
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