428-LUCA GIORDANO

428-LUCA GIORDANO
(Nápoles 1634 - 1705)
Adoración de los Pastores (Natividad)
Óleo sobre lienzo, 168 x 209 cm.
Firmado sobre el pesebre, abajo a la derecha: Giordano F.

El cuadro, en buen estado de conservación, proviene según se menciona en Elías Tormo (Las Iglesias del antiguo Madrid, Madrid 1927) del antiguo convento de Santa Isabel de Madrid. El tema representado es la escena con los pastores que, como se narra en los Evangelios, fueron a rendir homenaje, en una gruta o un pesebre a la Virgen, San José y a Jesús recién nacido (motivo por el cual el episodio evangélico se llama Natividad), llevando como presente el fruto de su propio trabajo. Es un tema recurrente en la pintura y escultura desde final del Medioevo y especialmente durante el Barroco.
Por sus calidades estilísticas y matices cromáticos, el lienzo en cuestión, confirmado además por la firma del pintor, es obra segura de Luca Giordano, quien a lo largo de su dilatada actividad en Nápoles, Roma, Venecia, Florencia y España (donde estuvo al servicio de Carlos de Habsburgo y después desde 1692 a 1702, al de Felipe V de Borbón) muestra el matiz naturalista de su pintura: las posturas de los pastores en adoración, en particular el naturalismo de las figuras las del pastor calvo y de la anciana con la cabeza cubierta, derivan de su formación juvenil napolitana siguiendo a Caravaggio y a José de Ribera, con modelos de Pietro de la Cortona, que podemos constatar en los matices de los colores brillantes y en las tonalidades cálidas, o en la dulce y tierna expresión de María, y la mirada sorprendida y emocionada de José. En la parte superior del cuadro, aparece un angelito en vuelo, acompañado por querubines regordetes que portan una bandelora con un mensaje ensalzando la Gloria en el cielo por el nacimiento de Jesús. En segundo plano en la derecha los restos de una antigua casita de campo, con la techumbre de madera, y al fondo a la izquierda entre un paisaje montañoso otro grupo de pastores en camino.
Por su calidad, la escena que se desarrolla en una cálida luz dorada de un lento atardecer creando un clima íntimo, doméstico y familiar, recuerda a otras composiciones de Luca Giordano realizadas tanto al fresco como sobre lienzo tras su paso por España y su intervención en la escalinata principal de la iglesia anexa al Monasterio de San Lorenzo en el Escorial (1692-1693). En particular, las similitudes estilísticas más evidentes las encontramos en los lienzos sobre la historia de María, realizadas en Madrid entre 1695-1696 para el Real Convento de San Jerónimo de Guadalupe y en 1697 para la capilla de un palacete aristocrático en Madrid, o según otras fuentes (Bernardo De Dominici 1742-1745), para la capilla del Alcázar de Madrid. Encontramos también similitudes en las series de Carlos VI de Hasburgo, emperador de Austraia y expuestas en el Kunsthistorisches Museum de Viena, que aparecen publicadas en O. Ferrari-G, Scavizzi, Luca Giordano. L'Opera completa, Napoli 2000, pp.342-243 y 345), similares, en este caso por su iconografía, a aquella del convento de Guadalupe, que se caracteriza por una ejecución formalmente más afinada y por una composición y matiz más clasicista: definición formal y disposición de la escena a la manera clásica, muy parecidas a la pintura a examen, estilísticamente mucho más cercana a La Adoración de los Pastores (93 x 180 cm.) expuesta en Viena que a las series de lienzos de Guadalupe, entre las que por otra parte no aparece este episodio evangélico.
Podemos concluir que por la refinada composición de la obra que aquí presentamos, debió ser realizada justo después de los lienzos realizados para Guadalupe y no más tarde del 1697.
Nápoles, 1 de octubre de 2016
NICOLA SPINOSA
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